HERIDAS CRÓNICAS EN EL AMBIENTE RESIDENCIAL: PREVENCIÓN DE LAS UPP
INTRODUCCIÓN
Actualmente las heridas crónicas siguen siendo un importante problema sanitario, económico y social. Repercuten directamente en la salud del paciente y en su calidad de vida, a la vez que comportan una gran carga laboral para los profesionales de enfermería y un aumento de costes en el tratamiento para el sistema sanitario (materiales de limpieza local, apósitos, incrementos de tiempos de cuidados, aumento de las estancias hospitalarias…).
Es importante que el personal residencial realice un abordaje del paciente con heridas de forma integral y multidisciplinar. Médicos, enfermeras y auxiliares entre otros deben ajustar al máximo sus cuidados para poder dar una buena y eficaz cobertura al paciente. Mediante una valoración cognitiva y funcional en el momento del ingreso además de un examen de la integridad cutánea, el Equipo de la Residencia podrá establecer unas pautas individuales y personalizadas hacia el usuario, que se irán revalorando de manera periódica o cada vez que se produzca un cambio en el estado general, y así ajustar y optimizar los cuidados necesarios que se le están dando. Dichas valoraciones deben de hacerse con el uso de registros reglados, donde constarán las actuaciones sobre los factores predisponentes a padecer alteraciones en la piel y la aplicación de los cuidados generales que engloban entre otros: la nutrición, la hidratación y la prevención de riesgos.
En los centros residenciales la enfermera suele ser la encargada de elegir el material de cura y de registrar tras el procedimiento. También es quien estipula con el resto de equipo los cuidados que se le van a realizar al anciano en función de sus necesidades más generales. Es muy importante que el profesional sepa distinguir la etiología de la lesión para que pueda dar las recomendaciones adecuadas.
Si pinchas aquí encontrarás una idea de hoja de registro de curas
DIFERENCIACIÓN DIAGNÓSTICA DE LAS LESIONES RELACIONADAS CON LA DEPENDENCIA
En los últimos años se ha hecho hincapié en la forma de describir las úlceras por presión (UPP) y en el análisis de su mecanismo de producción conllevando a una nueva clasificación que describe siete tipos de lesiones distintas que hasta la fecha eran consideradas, clasificadas y tratadas como UPP.
Entendemos por lesiones relacionadas con la dependencia (LRD) a todas aquellas heridas producidas en pacientes que no conservan su plena autonomía, independientemente de la edad, proceso, estado físico o situación de enfermedad. Son pacientes que no pueden realizar los cuidados por sí mismos y que necesitan de una tercera persona para que se los preste.
ÚLCERAS POR PRESIÓN
La definición que realiza el GNEAUPP de las UPP es la siguiente: lesión localizada en la piel y/o el tejido subyacente por lo general sobre una prominencia ósea, como resultado de la presión entre dos planos duros, uno perteneciente al paciente y otro externo, o de la presión en combinación de las fuerzas de cizalla. En ocasiones, también pueden aparecer sobre tejidos blandos sometidos a presión externa por diferentes materiales o dispositivos clínicos.
Los factores etiológicos de las UPP son dos: la presión por si sola o en combinación con la fuerza de cizalla.
Las UPP se clasifican en 4 categorías:
A continuación tienes una breve explicación por enfermera creativa
O también puedes mirar en:
La categorización de las úlceras por presión en el siguiente link
PREVENCIÓN DE LAS UPP
Hay 3 grandes áreas en la aplicación de medidas de prevención:
1. VALORACIÓN DEL RIESGO DE DESARROLLAR UNA UPP
El objetivo de la valoración del riesgo es la identificación de los individuos que necesitan medidas de prevención y la identificación de los factores específicos que los ponen en situación de riesgo.
Las escalas de valoración del riesgo de presentar UPP (EVRUPP) constituyen un instrumento objetivo para valorar y poder tomar decisiones sobre los cuidados de la piel que le daremos al paciente.
Actualmente las escalas de valoración más importantes son:
Escala de Norton
Escala de Braden
Escala de Arnell
Escala Nova 5
Escala Emina
Escala de Waterlow
Pincha aquí para obtener más información
2. CUIDADO DE LA PIEL
En el momento de la higiene es necesario que el personal auxiliar observe la integridad cutánea examinando pliegues y puntos de presión potencialmente de riesgo como las prominencia óseas (sacro, caderas, tobillos,codos, etc), así como zonas expuestas a humedad o presencia de sequedad, eritema, maceración, excoriaciones.
Avisará a la enfermera si ve alguna anomalía. No aplicará sustancias alcohólicas e hidratará siempre la piel evitando el masaje sobre prominencias óseas. No frotará la piel bruscamente. El producto de primera elección serán los AGHO y en su defecto crema hidratante. No levantará los apósitos de cura local sin previa consulta con la enfermera de la residencia. Dejará al paciente limpio, seco y confortable.
Pincha aquí para ver cómo realizar un aseo en cama
¿Sabías cuál es la función de los ácidos grasos hiperoxigenados (AGHO)?
Existen evidencias científicas sobre los beneficios del uso de ácidos grasos, para la regeneración epidérmica y para la prevención de las úlceras crónicas. Destacamos en sus funciones:
- Aumentan la microcirculación sanguínea disminuyendo el riesgo de isquemia.
- Facilitan la renovación de las células epidérmicas.
- Potencian la cohesión celular de la epidermis.
- Aumentan la resistencia de la piel frente a los agentes causales de las úlceras por presión.
- Evitan la deshidratación cutánea.
- Protegen frente a la fricción y reducen la fragilidad cutánea.
- Disminuyen el efecto de los radicales libres.
3. MANEJO DE LO PRESIÓN
Recordamos que la UPP es una lesión de origen isquémico localizada en la piel y/o tejido subyacente, producida por la acción combinada de fuerzas de presión, fricción y cizallamiento.
Presión: es la fuerza que actúa perpendicular a la piel como consecuencia de la gravedad, provocando un aplastamiento tisular entre dos planos, uno que ejerce el paciente y otra fuerza externa a él (cama, sillón).
Fricción: es la fuerza tangencial que actúa paralelamente a la piel, produciendo roces por movimientos o arrastres.
Cizallamiento: combina los efectos de presión y cizalla.
Si se ejercen presiones superiores a 20mmHg en un área limitada durante mucho tiempo, se produce una isquemia que impide la llegada de oxígeno y nutrientes y con ello la muerte tisular.
Zonas de riesgo de UPP según la posición
Para evitar la aparición de UPP en estas zonas de riesgo es fundamental la realización de cambios posturales y la utilización de SEMP (superficies espaciales de manejo de la presión.)
Cambios posturales:
- Si el paciente está sentado y tiene autonomía para realizar cambios de postura, realícelos cada 15 minutos.
- Evitar apoyar al paciente directamente sobre sus lesiones.
- Evitar arrastrar al paciente, si arrastramos al paciente podemos agravar las lesiones que tenga.
- Evitar el contacto directo entre prominencias óseas. Ejemplo: si tenemos al paciente de lado, pondremos una almohada entre las 2 piernas para las rodillas y los tobillos no contacten entre sí.
- Evitar levantar la cabecera o los pies de la cama, sólo y en caso necesario un máximo de 30º.
Puedes ver cómo realizar los cambios posturales en un paciente encamado
en el siguiente enlace
¿Sabías que es muy importante que el paciente que está en sedestación también haga cambios posturales y pulsiones para aliviar puntos de presión y fortalecer los cuádriceps?
Hay que animarle para que se levante de la silla mediante la realización de series, tanto por la mañana como por la tarde. Puede tener un punto de sujeción con una mesa o con una barra del pasillo para ayudarse hacer el ejercicio.
En el caso de que pueda deambular, es necesario programarle paseos para potenciar su autonomía.
Si no bipedesta, el personal auxiliar usará ayudas mecánicas como por ejemplo una grúa. Será vital ajustar el tiempo de sedestación para evitar la aparición de lesiones.
Es muy importante que el paciente que está sentado utilice un cojín para reducir la presión de contacto y las fuerzas de fricción y cizalla.
Está totalmente desaconsejado usar rodetes y flotadores como superficie de asiento, ya que en lugar de repartir la presión que ejerce el peso del cuerpo, la concentra sobre la zona corporal que está en contacto con el rodete. También hace un efecto compresor.
Superficies especiales para el manejo de la presión
Existen en el mercado toda una serie de dispositivos diseñados para manejar la presión; son conocidos como colchones o sobrecolchones o cojines antiescaras.
Hay de muchos tipos, aunque los más comunes son los sistemas de aire alternante; aunque lo que decidirá qué tipo de colchón o cojín será el riesgo que tiene la persona de padecer o sufrir úlceras por presión.
Podemos hacer una clasificación según el riesgo de padecer úlceras por presión:
Pacientes que no han sufrido ninguna úlcera por presión pero en que la movilidad cada vez es más limitada. El tipo de superficies que utilizaremos serás colchones de espuma viscoelástica, sobrecolchones de aire estático o sobrecolchones de aire alternante (celdas pequeñas).
Pacientes que ya han sufrido úlceras por presión u otro tipo de heridas y cuya movilidad es muy limitada. Aquí las superficies que utilizaremos serán de colchones o sobrecolchones de aire alternante (celdas medianas) o superficies de baja presión continua.
Son pacientes cuya movilidad es prácticamente nula. Utilizaremos colchones de aire alternante (celdas grandes) o de baja presión continua.
Imma Mundet Riera
DUI Especialista Geriátrica. EAR-Grupo Mutuam (Barcelona).
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